Hoy os traigo un nuevo post sobre un pequeño apartamento. Lo sé, es que no lo puedo evitar 😉 La verdad es que creo que, a fuerza de necesidad, me he vuelto una enamorada de los minipisos. ¡Mejor para mí que me gusten porque “quiera o no lentejas voy a tener que comérmelas”! La mayoría de la gente sueña con grandes pisos o casas, yo, la verdad, sólo pienso en lo que me voy a ahorra limpiando con un apartamento pequeño. ¡Es que me he vuelto de lo más práctica!
Y creo que tienen otra maravillosa ventaja: al ser un espacio reducido y no disponer de metros cuadrados de sobra para guardar cosas, dejas de acumular chorradas, lo que me parece un auténtico descanso mental. ¿No habéis experimentado nunca la placentera sensación que se siente cuando uno se deshace de cosas inútiles que tenía guardadas “por sí”? O lo que es lo mismo, cuando te deshaces de toneladas de ropa que ni te acuerdas que tenías, ¿absurdo, no? Va a ser un auténtico placer de dioses olvidarme de esa esclavitud y vivir de una forma más sencilla. Ya lo estoy deseando.
A día de hoy, con mi situación y todas estas ideas en la cabeza, el claro ejemplo de lo que sería la vivienda de mis sueños es este pequeño apartamento de tan sólo 22 metros cuadros. ¿Que si me he vuelto loca? Quizás para la mayoría sí, pero yo creo que nunca he estado tan cuerda.
Lo que me enamora de este apartamento situado en Taipei es que, a pesar de su reducido tamaño, se ha hecho un uso inteligentísimo del espacio y está aprovechado al máximo. No le falta de nada, ¡si hasta tiene bañera! y dispone de un montón de espacio de almacenaje. ¿Cuál es la receta? Una buena definición de las necesidades, creatividad a raudales y el aprovechamiento en altura del espacio, lo que multiplica los metros cuadrados. ¿Qué, te quedas a verlo?
Doble altura y piezas con doble funcionalidad:
Una de las cosas más sorprendentes de este minipiso es que, en ningún momento, da sensación de agobio y parece mucho más amplio de lo que es. A esto contribuyen el uso del color blanco, la luz que entra por el gran ventanal, el espacio abierto y los techos altos. Es decir, que cuenta con una magnífica materia prima. ¡Normal que haya dado a luz esta minijoya!
En la planta baja se sitúan salón (con el lujazo de contar con un sofá-cama), comedor, cocina y baño (¡con bañera!). Una de las claves geniales de este apartamento es el uso de muebles con doble funcionalidad que hacen que el espacio sea polivalente: sofá-cama, las mesitas para comer que, girándolas, hacen de mueble de apoyo para el recibidor (sí, ¡tiene hasta recibidor!), una gran estantería a la que se accede desde el piso inferior y desde el superior… ¡Todo está pensado al milímetro!
A la planta de arriba, reservada al dormitorio y que dispone además de una pequeña zona de despacho (otro lujo más), se accede desde una escalera ¡con peldaños de verdad, nada de escaleras de mano! Hasta las escaleras tienen el doble uso que mencionábamos antes, ya que cuentan con una pequeña zona de almacenaje.
Otra de las grandes soluciones es la gran estantería de madera, semicerrada con puertas en blanco. Ocupa toda la altura y llega hasta la estancia del piso superior. Al estar situada en un punto estratégico (al lado de la cocina y del sofá-cama) y llegar hasta el piso superior, da servicio a todas las estancias de la casa. La incorporación a la misma de una escalera de mano hace que sea fácil acceder a ella. Como vemos, no habrá problemas de almacenaje.
Diseño y materiales comunes en todo el apartamento:
La cocina es pequeña y compacta, pero no le falta de nada, ¡hasta cuenta con un fregadero doble! Y tampoco renuncia al diseño: líneas limpias, combinación de color blanco y madera, siguiendo la misma línea de todo el apartamento, y uso del azulejo de metro, tan de tendencia.
El baño es un auténtico oasis. El uso del color blanco, sanitarios de tamaño adecuado y los espejos amplían ópticamente su tamaño haciendo que sea una estancia verdaderamente agradable y luminosa. Y, lo más de lo más: tener bañera. ¡Si me dan a elegir, yo tampoco renunciaría a ella!
En la planta superior se ubican dormitorio y despacho volviendo a hacer una demostración de uso creativo del espacio. Lo que funciona como suelo sirve a la vez como base para la cama, colocando un sencillo y más que suficiente futón, y como asiento para el escritorio, colocando unos cojines. Un paramento con pintura de pizarra cumple la doble funcionalidad de pared y zona para escribir y, sobre él, se coloca un aplique de luz para no quitarle espacio a la pequeña mesa con un flexo. La zona de almacenaje a la derecha del escritorio, a la que se accede desde abajo gracias a la escalera, completa la estancia haciendo que no le falte de nada.
Ahora dime, una vez analizado: ¿de verdad que no te imaginas viviendo en un pequeño apartamento como este?
Me encantan los minipisos,soy una apasionada de los espacios reducidos, soy decoradora y le saco mucho partido a las dimensiones pequeñas, consiguiendo que esté todo organizado y cómodo. Si quereis puedo ayudaros.
Un saludo.